lunes, 14 de febrero de 2011

La rotura de las copas

La rotura de las copas llevó a Ana casi a una crisis de nervios. Un roce inesperado, un vestido largo. Y los invitados por venir. Alternativa, ninguna. Librarse a la buena de dios. Por suerte, el doctor, justo el doctor, parece que estaba tomando antibióticos por una enfermedad o algo así, y alcanzó justo con las dos copas que se salvaron. Ana ese día no estaba para vino, claro.

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