domingo, 20 de febrero de 2011

Deja vu

Muchos años después, frente al pelotón de periodistas, Wilmer había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevo a conocer el telo.
Que el negocio familiar era un hotel lo sabía desde que tenía memoría. Qué tipo específico de hotel, lo supo precisamente ese 16 de enero de 1973.
Por suerte además de gerenciar el negocio familiar, había estudiado de abogado y había hecho un curso de retórica con los gemelos González. Sabía así sacarle jugo publicitario a cada semi-escándalo mediático.
Wilmer, con suficiente cultura general como para conservar el nombre Dionisios del hotel alojamiento, con suficiente cultura general como para tener un deja vu en plena rueda de prensa.

4 comentarios:

  1. Dionisios parece más nombre de vinería que de telo. Aunque claro, es un sitio bacanal.

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  2. Es verdad, hoy suena más a vinería que a telo, pero evidentemente los antepasados de Wilmer conocían algo más de mitología que de marketing y decidieron invocarlo como "dios de la joda en general". Wilmer decidió continuar esa línea de pensamiento que implicaba un, digámoslo, superficial conocimiento de mitología. Como Ud. refiere cuando habla de "sitio bacanal" parece que en los ritos dionisíacos el vino era un puente hacia el éxtasis (y ahí, agarrate Catalina) y, ojo al piojo, dicen que también era un dios que se asociaba a la fertilidad. Entonces, Ana Laura, vaya un brindis por Diônysos.

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  3. Me apunto en el brindis por la joda en general y los puentes hacia el éxtasis... pero de ninguna manera por la fertilidad (al menos la mía, yo ya cumplí con eso)

    Salú!

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