viernes, 29 de abril de 2011

"Política" del vino

Carlitos era tan “progresistamente” correcto que estaba a favor de la legalización de la marihuana pero en contra de la venta de analgésicos en kioscos, que gastaba ingentes sumas de dinero en vino para quedar bien con sus amigos sociólogos, psicólogos y comunicólogos pero recelaba políticamente del champagne.

miércoles, 27 de abril de 2011

Consejos

Carlitos, que era enemigo acérrimo de dar consejos que no han sido pedidos y que veía venir la incursión desubicada de una lengua soltada por el alcohol (bajo la excusa de…), plantó bandera con el chiste preventivo:
“Como dijo Peperino, se reconoce desde lejos al hombre que ilumina a sus amigos en la senda del señor: Es aquel que lleva la linterna.”

lunes, 25 de abril de 2011

La censura a flor de piel

"Estimados lectores:
Esta vez este espacio editorial da lugar a la despedida. Éste es el último número de El hombre y la medicina. Esta publicación que juntos vimos crecer durante más de diez años les dice adiós.
Como comunidad supimos construir un espacio donde convivían en columnas abstractas y módicos avisos las más variadas corrientes de la medicina y el cuidado del hombre. En nuestra época de esplendor (hoy mucho más distante emocionalmente que cronológicamente), te metíamos cuarenta avisos y cinco publinotas por número, se había hecho tradición que los padres regalaran el primer año de avisos a sus hijos recién diplomados y hasta obtuvimos la declaración de interés municipal.
Pero algo se quebró.
Supongo que todo empezó ese día que un desafortunado colaborador sugirió avanzar en una línea editorial que diese espacio a los testimonios de la gente. 'Acercar la salud a nuestros lectores a través de los testimonios.'
Ahí la cosa se pudrió.
No fuese sólo que nos enteramos de que la homeopatía curaba el cáncer o que la osteopatía sanaba los ataques de pánico, resfriados eran curados por kinesiólogos, dolores de espalda por podólogos y espasmos estomacales por dentistas, problemas de sobrepeso era solucionados por oftalmólogos, el tabaquismo desaparecía a manos de radiólogos y el alcoholismo a manos de bioquímicos, las depresiones eran purgadas por proctólogos y así.
Tras la pérdida de los anunciantes de las ramas más tradicionales de la medicina, nuestra política editorial, necesidades financieras de por medio, no hizo más que acentuar la pérdida de neutralidad. ¿Error? Quizás.
La decisión de cerrar la publicación maduró la noche del 20 de septiembre. Cuando los miraba irse desde el piso con el único ojo que podía entreabrir y escuchaba con alguna parte del cuerpo (las orejas no funcionaban, una sobre el piso, la otra bajo una baldosa; probablemente escuchaba con la espalda sensibilizada por los flamantes moretones): 'Gordo puto, dejate de joder o sos boleta'.
Ahí empecé a sospechar que el pisotón del doctor Rodríguez Larreta en la cola del banco no había sido producto de la casualidad, que el largo rayón en el auto no había sido la indeseada consecuencia de una mala maniobra de estacionamiento, que la pintada 'Gordo puto, dejate de joder o sos boleta' en el frente de mi casa estaba dirigida a mi persona a pesar de no coincidir con mis características corporales o con mis preferencias sexuales, que el incendio de mi hogar no había sido fruto del aterrizaje de una cañita voladora perdida, que las patadas en la cabeza de estos muchachos no eran un ejemplo más de la ola de inseguridad."

viernes, 22 de abril de 2011

Los repositores antropólogos de La Hojarasca

La Hojarasca solía reclutar a sus repositores de supermercado entre estudiantes de antropología. Ellos dicen que por una sofisticada estrategia de marketing basada en aprovechar sus habilidades en la observación del comportamiento de los humanos (en este caso, específicamente de los compradores en el supermercado). Las malas lenguas dicen que los contrataban simplemente porque les salían más barato.
La leyenda empresaria, que las hay, adjudica a estos repositores la creación de exitosas estrategias como:
-          La colocación de las botellas con un leve giro que dejaba oculta un 30% de la etiqueta. Estrategia que les permitió capturar la atención de los obsesivos del orden y que algunos prejuiciosos reclamaban como el único factor del éxito de la marca en la comunidad japonesa.
-          Una ubicación aparentemente desordenada de las cajas de regalo que citaba los desafíos del Tetris.
-          La distribución del material promocional en un ángulo levemente desviado respecto de las botellas proponiendo una perspectiva bizca.
Si bien a primera vista puede parecer que los segmentos de clientes a quienes estaban destinadas estas estrategias son muy reducidos, en un mercado tan atomizado entre tantas ofertas, capturar el 5% del mercado conformado por los obsesivos del orden + el 3% constituido por los jugadores compulsivos de Tetris + el 2% representado por los bizcos (claro que) no es poco.

miércoles, 20 de abril de 2011

Recorridos caprichosos

Ya se ha dicho que el ebrio Gómez se formó literariamente hablando mediante la escucha de audiolibros en su viejo Scania rojo con acoplado.
De su triple condición (ebrio, camionero, autodidacta) se entiende que sus recorridos literarios (y dale con la metáfora del viaje) no podían ser más que caprichosos.
La enumeración puede ser ilustrativa:
-          Si eligió el Quijote para Curitiba-Ushuaia fue porque apostó a pasar por los primeras turbinas eólicas cuando el episodio de los molinos.
-          A la altura de Tacuarembó, le gustaba escuchar a un tal Chambouleyron cantando la duda de un tal Betinotti.
-          Siguiendo por la misma ruta, tenía un extenso conocimiento de la literatura uruguaya ya que los gobernantes del país oriental han tenido la buena costumbre de sembrar su geografía con sus mejores nombres.
-          En un viaje a Lima se escuchó todas las tradiciones de Ricardo Palma, gran escritor, gran intelectual y gran político, virtudes que, a pesar de la creencia popular, no necesariamente van juntas en Perú ni en ningún otro lugar del mundo.
-          Yendo a los argentinos, apuntaba a pasar por Mercedes escuchando las anécdotas de Hernán (los llamaba por el nombre, intimidad que sólo se gana con los kilómetros), llegaba a Chivilcoy escuchando un relato de Julio, pasaba por Bragado sintiendo los minuciosos detalles de La Potra de Juan, llegaba a Villegas de la mano de Manuel, se perdía en Pringles siguiendo las referencias de César.
-          Justificó la relectura de Juan José (no era en general de releer y lo decía) en la necesidad de combatir el frío de la estepa patagónica, y, como lógica consecuencia, conoció el humor negro de la literatura finlandesa recorriendo rutas subtropicales.
Sesgos del método, ignoró la obra fantástica de escritores porteños hasta que pudo educar el ingenio para las excusas:
-          Eligió errarle a una bajada de la autopista para conocer los barrios de Alejandro (aunque no eligió perderse en Parque Chas).
-          Borges fue una experiencia de madurez. Sí, a Borges lo trataba por el apellido, a pesar de los kilómetros juntos.

lunes, 18 de abril de 2011

Musas

Y era de esos personajes que permitía desplegar el estilo Barrenechea en toda su fuerza:
-“Había sido criado con tanto desgano que para él 'la sonrisa de mamá' era apenas una enigmática canción de Palito Ortega.”
-“Era tan tímido para el enojo que resoplaba para adentro”.
No era una musa griega, ninguno de los dos, por diferentes razones, pero su relación artística rememoraba parejas más célebres (Dalí-Gala, por quedarnos con la más obvia).

Oído popular

-La gorda Barrenechea no es una chusma cualquiera, no se limita a repetir el rumor conservando la enunciación impersonal, ella lo trabaja con sus propios códigos retóricos. Inventa sus fórmulas. Cita los grandes textos de la cultura... nada, sí, su prosa audaz en este barrio es como tirar margaritas a los chanchos, una flor en el páramo, una botella de La Hojarasca El Sulky en el bar de la rubia -se decepcionaba Wilmer.

jueves, 14 de abril de 2011

Curros

Para seleccionar al gerente de Marketing el menor de los Zavaleta recurrió a una estrategia que luego demostraría su eficacia. En la entrevista de selección, lo único que hacía era pedirles a los candidatos que en treinta minutos listaran los diez curros más importantes del marketing.
El ganador listó así:

Los 10 curros más importantes del Marketing

El marketing es un saber social al que se le exigen resultados efectivos, en el más monetario de los sentidos. Posición compleja. Sendero delicado entre los abismos de la candidez y el cinismo, de la demostración y la argumentación, de la creatividad y el rigor sistemático, de la seducción y la mentira, del saber formalizado y la sanata (¿o zanata?).
Por eso, toda lista de curros no deja de ser personal. Mi top ten es:

  1. Las siguientes presentaciones personales: “psicólogo de marcas” (¿lacaniano? ¿freudiano? ¿sistémico? ¿diván o escritorio?), “coach ontológico” (lo bancaría más si fuese fenomenológico), “cool hunter”, “asesora de compras”.
  2. El spanglish, ah, sí, aburren. No son más expertos por meter una palabra en inglés cada tres en castellano, sobre todo sí son acompañados por sendos “culturizar” o “recepcionar” o por esas mágicas sumatorias como la de “Psicosociología” Laboral.
  3. La jornada gerencial outdoors. Sí, no lo dude más, eso no es laburar, es joda, lo he visto.
  4. El estudio/contacto antropológico entre los chicos de marketing y los clientes, soportado por la consultora. Ay, muchachos, para conocer pobres el tren sigue siendo una forma más barata y bastante segura.
  5. El sponsoreo. Sí, señores, sepanlo, escuchen auditores, 82% de las razones de sponsorear pasan por las ganas de sus gerentes de marketing de codearse con artistas y deportistas, invitar a sus amigotes sin poner un mango y, cuándo no, manosear una joven promotora.
  6. La medición del valor de la presencia de la marca en la prensa o en los eventos deportivos como si fuesen avisos publicitarios. NO es equivalente señores. Está muy bien hacer prensa, pero no lo midan en plata.
  7. La educación en el marketing. El problema no es que justo las universidades más prestigiosas no den carreras de marketing (eso no hace más que reflejar sus recelos platónicos hacia las artes del convencer). Tampoco es la comentada baja exigencia de sus cursadas. Tampoco la existencia de tanto curso escaso de fundamentos. El problema es el ilusionismo de ciencias duras que plantean sus programas. Vamos, che, Contabilidades, Análisis Matemáticos, Estadísticas, y ni una Psicología, ni una Sociología, ni una Historia, ni dentro de las Económicas una Teoría de las Decisiones o una Behavorial Economics (al menos porque hoy es marketineramente correcto hablar de multiculturalismo). Tanto cálculo para después adorar a tres gurúes como buenos trobianos.
  8. El neuromarketing. En mi soberana ignorancia la aplicación de la neurología al marketing me suena tan distante como la de la mecánica cuántica, pero eso no me choca tanto como el nombre con el supuesto prefijo dando un aire de cientificidad. ¿Por qué no un “economarketing”, un “sociomarketing”, un “antropomarketing”, o un “psicomarketing”? Aunque pensándolo bien un “psicomarketing” estaría muy bien.
  9. El stress. Ah, sí, cuántas veces perdonamos que las cosas se hacen mal sólo porque estaban demasiado apurados. Cuánto inútil disimulado por la velocidad.
  10. La lista. Esa promesa de asir la cosa de una vez por todas y para siempre. Las “tres” claves para el santísimo éxito, las “cuatro” patas del liderazgo sobre los RR.HH., las “cinco” pasos para bailar a la competencia, los “seis” vestiditos para seducir al cliente, los “siete” recursos para romper las reglas, las “ocho” maneras de ganarle a la suerte, las “nueve” formas de serrucharle el piso a su jefe , los “diez” curros del marketing.
PD: Recuerde: “El apalancamiento de la gestión del capital humano potenciado por la sinergia entre la flexibilidad y la horizontalidad le brindará a su empresa la energía del empowerment necesaria para dar un salto de calidad hacia el carajo”

miércoles, 13 de abril de 2011

Negra y oscura noche

A partir del polémico éxito de "El Bosque" decidieron seguir apostando a horadar esos retazos de literatura o folklore popular (y luchando secretamente contra los refranes en los sobrecitos de azúcar).
La serie siguió con “Avanzaban oscuros por la noche”. En este caso, el extenso nombre del blend citaba un verso de Virgilio: “Ibant obscuri sola sub nocte per umbram”, un (académicamente) conocido (y hermoso) caso de hipálage.
En la contraetiqueta, la suburbial paráfrasis, a modo mensaje de texto, rebosaba de ambigüedad: “S levantó (una) negra y oscura ((en) la) noche.”

lunes, 11 de abril de 2011

El creativo de La Hojarasca

Tenía un pasado curioso: estudiante de Letras, hippie por Latinoamérica, estudiante de Enfermería y artista y vendedor en transporte público, enfermero en hospital público, artesano con éxito on-line, vendedor en local de quiniela y creativo publicitario part-time.
Lo cierto es que le dio a la marca un estilo distintivo.
Valgan como ejemplo: "La Hojarasca. Donde el viento nos amontona", "Producto frágil: susceptible al viento de otoño", "Vinos La Hojarasca: Hijos del Viento, del romance efímero y violento entre el Viento Suspicaz y la Arboleda Ensimismada".
Ni hablar de las etiquetas.

Decía que el arte del creativo publicitario era muy parecido al del bloguero/twittero: El impacto, la brevedad, la sonrisa leve, la pretensión de masividad. Eso sí, egoísmo por un lado, egocentrismo por otro.

viernes, 8 de abril de 2011

Apuestas III o la tosudez del Pocho

En casa, de chicos, nunca tuvimos perros. Decía la vieja que los perros se mueren pronto, que para qué sufrir de niños la muerte.
Comprobé con los años, por acumulación de experiencias cercanas, que los perros más leales son aquellos adoptados de la calle.
Nos cruzamos con el Pocho una mañana cualquiera. Me siguió en una de esas caminatas matinales de las que los médicos te recomiendan por la artritis. Lo convencí de que se viniera a casa, agarró viaje, previo obligarme a una apuesta. A esa altura de mi vida la carrera me pareció justa, no me quedaba tanto.
Pasan los días, pasan los años, pasan las décadas; vienen los médicos y los veterinarios, vienen los diarios y la televisión, viene la chica del libro Guiness; y el Pocho y yo seguimos, de puro tercos, tirando.
A veces le atribuyo gestos y actitudes humanas, supongo que para ilusionarme con la reencarnación, sobre la cual bromeamos asiduamente (bromeamos, para ser exactos, con nuestra reencarnación cruzada).

miércoles, 6 de abril de 2011

Propuesta turística integral

Como nuevo dueño de La Hojarasca, el menor de los Zavaleta supo imbuir a la bodega de su sutil ironía sobre la nostalgia campestre (que en verdad no hacía más que expandir la tradición familiar).
Al tomar posesión de la bodega, anduvo dando vueltas varios días por el asunto del turismo vitivínicola. Finalmente, decidió potenciarlo incorporando la participación de los turistas en el trabajo de la cosecha, la elaboración, el embotellado, el empaquetado, etcétera, etcétera, etcétera.

lunes, 4 de abril de 2011

El Bosque II (el regreso)

“Engañada, ruborizada, abrumada, Carmín sintió que no podía seguir, ni volver atrás, ni irse. Buscó refugio en su familia y fue expulsada a cachetazos.
Por suerte había leído mucha literatura del siglo XIX y decidió (lo importante en estos casos es tomar una decisión) internarse en el ascetismo. En el breve lapso de dos años, transitó las profesiones ascéticas imprescindibles: fue monja, fue bibliotecaria, fue despostadora de conejos, fue empleada de limpieza en un telo, fue recepcionista en el juzgado de faltas, fue administradora de consorcios.
Y caminó las calles nuevamente, toda vestida de blanco y carmín, de hilo y de lino, de capucha y zapatos al tono.
Primero cayeron seducidos los locos, luego los borrachos, luego los poetas, luego los escritores de ficción, luego los académicos, luego los creativos publicitarios, luego los diseñadores gráficos, luego los chicos de sistemas, luego los repartidores de diarios, luego los vendedores de sistemas de potabilización de agua, luego los viajantes, luego los agentes de prensa, luego los jueces y gobernantes.
Carmín podía decidir.”
Fueron 100 botellas de “La Hojarasca Carmín”: un Cabernet Syrah (no me pregunten los porcentajes porque no se saben) joven pero maduro, un vino rojo intenso con reflejos oscuros, firme en boca, de cuerpo turgente, con recuerdos de cassis, pimienta negra y cuero.