jueves, 10 de febrero de 2011

La fórmula de la felicidad

Juan Carlos, que sabía como entrarle:
-Don Hermenegildo, ¿cómo era la fórmula de la felicidad?
-Muy sencillo: Dos pancitos tostados (de mignon) con oliva, tres cuadraditos de queso fontina, dos rodajas de salamín casero, una muzzarelita y cabernet a gusto.


Consultado sobre el tema, don Zoilo habló con excepcional claridad y elocuencia:
-Esa "fórmula" retorizada expresa un coqueteo demagógico con la cultura contemporánea, que angustiada por la evolución de la química y la genética, ansía el carácter artesanal en la producción y lo ritual en las comidas.
-Me parece que a Ud. le gusta pasar por refutador de leyendas.
-Su cita muestra una biblioteca bien formada pero su aplicación es incorrecta, ni refutador de leyendas, ni deconstructor de mitos, apenas testigo de mito...manos -concluyó, áspero porque sí, más aspero cuando lo corren.

6 comentarios:

  1. Bueeeno don Zoilo, déjeló al otro don que disfrute tranquilo. Aunque a usté le parezca una extravagancia decir que una picada simple con un poco de tinto es la fórmula de la felicidad, aquel otro lo disfruta y hasta es feliz en serio!

    Mejor vaya a acompañarlo a don Hermenegildo y sea feliz usté también!

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  2. Y es que es así doña Juana, yo lo he visto, estos tipos se enfrascan en las discusiones más severas y a los quince minutos ya andan intercambiando brindis. Salú.

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  3. Si nos adherimos a la hipótesis de que la felicidad no existe, sino que existen momentos felices... esa picadita es el súmmun de la felicidá

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  4. Don Hermenegildo que, más allá de sus años, es un caballero, me acota que el súmmun de la felicidá debe ser comer dicha picada mirando a través de sus ventanas.
    http://erisada.blogspot.com/2011/02/las-ventanas-de-mi-casa.html
    Gracias por venir, y comentar.

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  5. Ha sido un gusto, seguiré viniendo. Y dígale a Don Hermenegildo que cuando quiera ponga la picadita, que yo pongo las ventanas.

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  6. Mi estimada, en mi ausencia, Don Hermenegildo me ha dejado una breve esquela que reza: "Ana Laura, que Dios le conserve las ventanas ya que no faltara oportunidad. Muchas gracias. Brindo por su hospitalidad."

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