martes, 15 de febrero de 2011

El lugar daba

A la rubia le afanaron más de una vez. Más que nada maldades, entrar de noche con el bar ya cerrado, romper algún vidrio, llevarse alguna botella.
Pero una de esas veces fue famosa incluso más allá de los límites del barrio. Es que a los tipos los agarraron a la madrugada por la denuncia de un vecino que escuchó "voces fuertes".
Primero decían que se habían pasado de vino y que los habían encontrado borrachos. Pero no. Fue la misma rubia quien confirmó que habían bebido relativamente poco (compararía, claro, con el alto estándar propio de sus clientes).
-Incluso -enfatizaba- zafó un Hojarasca Sol de Invierno que había quedado en la barra.
Según se supo, unos días después, por un policía, uno de los tipos confesó:
-Y bueno, el lugar daba, y pintó quedarse charlando.

5 comentarios:

  1. Lo que se dice una charla atrapante.

    ResponderEliminar
  2. ¡Pero ese tipo no solo estaba borracho cuando lo agarraron hablando fuerte! ¡Seguía borracho cuando declaró! Quizá al no ser habitué del bar de la rubia, y con poca "cultura alcoholica" quedó mareado incluso habiendo tomado poco.

    ResponderEliminar
  3. Nada de alcoholismo, simplemente exceso de confianza, se confunden porque tienen síntomas parecidos (mareos, pérdida del sentido de realidad, exceso de palabra, fuerte resaca posterior).

    ResponderEliminar
  4. No sería que la rubia era muy bonita y los atrapó ella?

    ResponderEliminar
  5. Temo contrariar su hipótesis. Esos que dice Ud. se llaman “sus clientes”.

    ResponderEliminar