lunes, 28 de febrero de 2011

El doctor es abstemio

El doctor es abstemio y callado, es cirujano estético. Difícil no pensar que cada mirada suya es una opinión.

viernes, 25 de febrero de 2011

El dolor en la arquitectura

Muchos años después, frente al pelotón de jurados, gerentes y dueño, Alfredo había de recordar aquella tarde remota en que su padre le agarró los dedos con la puerta.
Podría haber sido vocación de ingeniero o de cerrajero pero lo que nació ese día fue vocación de carpintero, luego ebanista, luego primer premio en concurso abierto de joven bodega boutique.
¿Quién podría adivinar que el estilo levemente barroco español en la arquitectura (turística) de La Hojarasca, ese estilo tan personal, tan apasionado, tan cargado de movimiento, viene de un doloroso, aunque mínimo, descuido paterno?

miércoles, 23 de febrero de 2011

La escritura del ebrio Gómez

El ebrio Gómez, aceptando una suave y permanente incomodidad con su destino, había elegido (en tren de metáforas) ser camionero.
Tipo correcto si los hay, a diferencia de la mayoría de sus colegas, podía recorrer diez mil kilómetros sin tocar una botella. Decía que su afán por el buen beber y la buena literatura era su manera de convivir con el ocasional sedentarismo en lugares lejanos e incluso en su propio hogar.
Con su vieja máquina de escribir a cuestas, su prolífica obra continuaba creciendo inédita. A menos que uno considere que la escritura en camiones es un modo de publicación. Se dice que por su camión pasaron por primera vez: "Lo mejor que hizo la vieja fue el pibe que maneja", "Te deseo el doble de lo que me deseas a mí", "Culto el que lee".
El ebrio Gómez, tipo pródigo en afectos, tuvo a su pesar un único hijo.
Por contraste (suele suceder) su hijo fue prolijo, pulcro, parco y completamente abstemio.
Compartían los ojos negros, la mirada profunda, el rostro bien masculino, algo turco, de belleza adusta, el éxito con las mujeres, la indiferencia hacia el éxito con las mujeres, y el ser objeto recurrente de la maledicencia popular.

lunes, 21 de febrero de 2011

Máxima

Alfredo, tan suelto de cuerpo para algunas cosas, era tajante a la hora de asociar vocabularios y metáforas con sus contextos, sobre todo en las artes. En el medio del silencio, increpó:
“La mujer que al amor se asoma… es una fisgona.”
Y se daba rienda suelta:
-¿Cómo puede ser que como sociedad nos hayamos acostumbrado a semejante barbaridad? ¿Qué es eso de “asomarse” al amor y, peor aún, esa sentencia moral de que aquella que no lo hace cae fuera de la especie? ¿Asomarse? ¿Qué clase de perversión estamos buscando? Al amor uno no “se asoma”… se zambulle, se manda de cabeza, se embriaga.

domingo, 20 de febrero de 2011

Deja vu

Muchos años después, frente al pelotón de periodistas, Wilmer había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevo a conocer el telo.
Que el negocio familiar era un hotel lo sabía desde que tenía memoría. Qué tipo específico de hotel, lo supo precisamente ese 16 de enero de 1973.
Por suerte además de gerenciar el negocio familiar, había estudiado de abogado y había hecho un curso de retórica con los gemelos González. Sabía así sacarle jugo publicitario a cada semi-escándalo mediático.
Wilmer, con suficiente cultura general como para conservar el nombre Dionisios del hotel alojamiento, con suficiente cultura general como para tener un deja vu en plena rueda de prensa.

sábado, 19 de febrero de 2011

Moraleja

Ante la duda general sobre el sentido de la historia, Wilmer decidió rematar la anécdota con la correspondiente moraleja:
“Quien ahoga las penas en vino, cosecha penas maceradas.”

viernes, 18 de febrero de 2011

Antes y después

Alfredo, que era oficialista, nadie sabe si por auténtica vocación política o por ganas de joder, o por ambas, se entretenía fabulando influencias del multimedia. En la cena de los viernes, luego de la correspondiente justificación etílica, surgió el caso de la gorda Barrenechea y sus famosos antes y después, que Alfredo explicaba directamente por la insistencia de las publicidades con "el antes y el después" de la revista Viva
Por ejemplo, la Flaca según la gorda: Antes de dejar el chupi, la cara larga, los vestidos holgados, a veces la bata; después de dejar el chupi, el maquillaje (leve), las remeritas ajustadas, la mirada del doctor.

Cabe acotar que hacía ya como veinte años que la gorda Barrenechea había dejado de ser gorda, pero el sobrenombre perduraba, quizá como reconocimiento.

jueves, 17 de febrero de 2011

Normas básicas de convivencia.

La rubia se fue del barrio cuando andaba cerca de los veinte. Volvió diez años después, con veinte años más encima.
Se fue soltera, volvió soltera.
Nadie le pregunta por esos años. Ni el más borracho de los borrachos en la más curda de las curdas.
Normas básicas de convivencia.

miércoles, 16 de febrero de 2011

La Flaca dejó el chupi

Dicen que en el preciso instante en el que La Flaca dejó el chupi, se puso buena y empezó a tener amante. Alfredo sostiene que es todo una gigantesca explicación ad hoc carente de elegancia, que pretende una hilación causal donde no la hay (y larga la lista de casos en contrario). Afirma, vehemente, que La Flaca nunca le dio al chupi, pero que tampoco nunca se puso buena.

martes, 15 de febrero de 2011

El lugar daba

A la rubia le afanaron más de una vez. Más que nada maldades, entrar de noche con el bar ya cerrado, romper algún vidrio, llevarse alguna botella.
Pero una de esas veces fue famosa incluso más allá de los límites del barrio. Es que a los tipos los agarraron a la madrugada por la denuncia de un vecino que escuchó "voces fuertes".
Primero decían que se habían pasado de vino y que los habían encontrado borrachos. Pero no. Fue la misma rubia quien confirmó que habían bebido relativamente poco (compararía, claro, con el alto estándar propio de sus clientes).
-Incluso -enfatizaba- zafó un Hojarasca Sol de Invierno que había quedado en la barra.
Según se supo, unos días después, por un policía, uno de los tipos confesó:
-Y bueno, el lugar daba, y pintó quedarse charlando.

lunes, 14 de febrero de 2011

La rotura de las copas

La rotura de las copas llevó a Ana casi a una crisis de nervios. Un roce inesperado, un vestido largo. Y los invitados por venir. Alternativa, ninguna. Librarse a la buena de dios. Por suerte, el doctor, justo el doctor, parece que estaba tomando antibióticos por una enfermedad o algo así, y alcanzó justo con las dos copas que se salvaron. Ana ese día no estaba para vino, claro.

sábado, 12 de febrero de 2011

Apuestas

Juan Carlos lanzó el tema:
-Leí en un libro hace poco que un estudio demostró que los meteorólogos aciertan más que los economistas.

Wilmer ensayó una explicación epistemológica:
-Es lógico, de algún modo, el clima es un subsistema de la economía, sus estados inciden bastante directamente en la economía, aunque mediados por otros factores. Por lo tanto, contra lo aparente, el primero es un sistema menos complejo que el segundo. Por ejemplo, La Niña – la agricultura – el PBI. En cambio, la incidencia de “la economía” en el clima es sólo de largo plazo (por ejemplo, el cambio climático).
Alfredo, paralelamente, señaló con seguridad una explicación política:
-Por supuesto, los pronósticos económicos no son formulados para acertar sino para incidir en la realidad.

Juan Carlos propuso la primera apuesta:
-Un La Hojarasca El Sulky para el que acierte la temperatura máxima del 31 de diciembre, un La Hojarasca Ojos Negros para el que acierte el PBI del año. Se entiende que gana el que haya quedado más cerca.
-Les juego un La Hojarasca El Bosque a que nuestros pronósticos del tiempo serán más acertados que nuestros pronósticos de la economía -Wilmer redobló la propuesta de Juan Carlos.
-Y yo te apuesto un Hojarasca Sol de Invierno que si le preguntás a la primera persona que pasa quién acierta más te va a contestar “los economistas” –replicó Alfredo.
-Y yo te apuesto un Hojarasca La Gringa que no te animás a preguntarle a la primera persona que pasa –retrucó Juan Carlos.
Y así siguieron, sin repetir el vino y sin concretar ninguna apuesta, hasta que pasó “una mina que estaba más fuerte que la casa del tercer chanchito” y cambiaron de tema. (Treinta años antes hubiesen continuado apostando bajo el nuevo tema -había sido tiempo atrás una forma efectiva, aunque onerosa, de darse coraje-).

jueves, 10 de febrero de 2011

La fórmula de la felicidad

Juan Carlos, que sabía como entrarle:
-Don Hermenegildo, ¿cómo era la fórmula de la felicidad?
-Muy sencillo: Dos pancitos tostados (de mignon) con oliva, tres cuadraditos de queso fontina, dos rodajas de salamín casero, una muzzarelita y cabernet a gusto.


Consultado sobre el tema, don Zoilo habló con excepcional claridad y elocuencia:
-Esa "fórmula" retorizada expresa un coqueteo demagógico con la cultura contemporánea, que angustiada por la evolución de la química y la genética, ansía el carácter artesanal en la producción y lo ritual en las comidas.
-Me parece que a Ud. le gusta pasar por refutador de leyendas.
-Su cita muestra una biblioteca bien formada pero su aplicación es incorrecta, ni refutador de leyendas, ni deconstructor de mitos, apenas testigo de mito...manos -concluyó, áspero porque sí, más aspero cuando lo corren.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Las habilidades de Carlitos

Carlitos tiene en la vida tres habilidades manuales: poner el fuego corona sin que se apague la llama, poner de vuelta el corcho en una botella que quedó semivacía y sacar de la botella un corcho roto (que resistió estoico los embates del sacacorchos).
(Se comprende entonces su acérrima oposición a los corchos de plástico.)

En su presentación a la familia de su novia, Carlitos tuvo oportunidad de sacar a relucir su habilidad con los corchos rotos.
Ella insistió en descorchar y rompió el corcho. El fue, buscó un Tramontina, lo introdujo con un movimiento firme y de precisión quirúrgica, lo giró un par de veces, y el corcho salió, roto pero en una pieza.
Aplausos.
Según la hermana de ella, fue todo a propósito. De ser así, obvio, tiene más mérito.

martes, 8 de febrero de 2011

La historia del maridaje

A Alfredo, que le gustaba hablar de teorías conspirativas, nadie sabe si por tomárselas demasiado en serio o demasiado en joda, se le ocurrió fabular una noche que (intento ser textual en el recuerdo) toda esa cosa del maridaje era un invento que un marketinero había pensado un día al escuchar una prohibición sobre sandías y vinos.
A Juan Carlos le gustaba reiterar esa anécdota de fiesta en fiesta, tanto que Alfredo hubo de pasar de la cara de circunstancia al arrepentimiento y del arrepentimiento a transitar por nuevas amistades.
No se inventan teorías conspirativas impunemente. Como decía Alfredo, entre tantos otros, el peor riesgo de todo paranoico es estar en lo cierto.

lunes, 7 de febrero de 2011

Vocación de escritura

-Quiero estudiar para escribir las etiquetas de vino -enunció entre la pregunta y la afirmación, decidido, cabalgando entre la vocación literaria y las ambiciones publicitarias.
-Tenemos cursos de sommelier, de turismo enológico, de protocolo y ceremonial, de marketing del vino, de cata profesional, de elaboración artesanal de vinos, de bartender, de software de gestión para bodegas y viñedos, de pastelero profesional, de camarero, de cata de whisky (ése es nuevo), de elaboración artesanal de cerveza -listó la recepcionista.
-Pero yo quiero estudiar para escribir las etiquetas de vino -insistió.
-Eso no se estudia -sentenció la recepcionista.

sábado, 5 de febrero de 2011

El Chino

La barra era, por esas cosas de la masculinidad, de rituales fuertes: El fútbol de los jueves a la noche, el asado de todos los primeros sábados del mes.
Cada uno proponía un vino. El desafío estaba en el aire. ¿Con qué novedad sorprender a los muchachos?
La cuestión fue que todos compraban en el mismo chino y los vinos, horror, se empezaron a repetir.
De las múltiples estrategias planteadas frente a la repetición (que en casos como éste es claramente inconveniente), la más exitosa fue la de El Laucha, que empezó a complotar con El Chino para que le deje en exclusividad las botellas más interesantes.
Conclusión: El Chino aprendíó a hacer asado en cuero, en cruz, con carbón y con leña, y pudo desplegar su potencial como zaguero (de los zagueros duros).

viernes, 4 de febrero de 2011

Control de alcoholemia para peatones

Wilmer, que contra las estadísticas no es uruguayo, es abogado y automovilista diario. Sostiene, y está haciendo una campaña en redes sociales al respecto, que, en tanto el peatón es sujeto también de la ley de tránsito, corresponde incluirlo en el control de alcoholemia.
-¿O acaso no es un peligro un borracho cruzando la avenida de noche? -y junta sus manos en el aire con gesto de haber encontrado un argumento irrefutable.

jueves, 3 de febrero de 2011

¡Salame!

-Es verdad que se han estudiado los insultos -admitía don Hermenegildo- pero considero humildemente que todavía no se lo ha hecho con suficiente seriedad y extensión. Sin ir más lejos, veamos: "Salame" es claramente un insulto, "salamín" ya entra en un terreno más dudoso, "salamín con queso" ya tiene una ternura que elimina prácticamente toda carga negativa. Y "salamín con queso y tinto" sería un excelente halago sino fuese demasiado largo.