miércoles, 23 de marzo de 2011

La guarda

La había recibido como obsequio a los veintipico. Quizá por imagen de cara, quizá por cierto recuerdo de la muchacha que se la regaló, decidió guardarla.
La dejó, en principio, al fondo de un cajón de su cuarto, fresco, sin luz.
Pasaron tres mudanzas, cambiaron los cajones, pasó el casamiento, llegaron los chicos.
Hasta que un día leyó que no todos los vinos son de guarda, que en general alcanzan su mejor expresión a los dos o tres años.
Perplejo. No quiso mirar, no quiso preguntar, para qué sacarse la duda.
Un motivo más para que siguiera guardada.

5 comentarios:

  1. ¡Cagón! Mil disculpas por el improperio, no se me ocurre ninguna otra expresión que exprese eso que expresa esa palabrita.

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  2. La platea femenina ha elevado su voz de rechazo (por el insulto me pa' que es "anónima"). Para que sepan disculparlo o para que se sigan indignando les dejo aquí el camino a un caso más flagrante:
    http://vinosenbuenosaires.blogspot.com/2011/03/la-peor-serie-de-vinos.html

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  3. Jaja, en mi casa aún hay guardadas algunas botellas de champán del casamiento de mis padres, que fue hace 45 años. Se ve que eso de guardar botellas es más común de lo que se pensaba.

    Mejor que la deje así, guardada.

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  4. Parece ser que es bastante común. Y mejor también que las botellas del casamiento de sus padres sigan guardadas, a esta altura con la efervecencia acumulada son armas letales esperando a algún incauto.

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