Zoilo los vio pasar a todos, literalmente, y no de viejo, sino de vivir en la avenida, cosa de chacarero que se va a la ciudad, y bien a la ciudad, al medio.
Digamos que se integró fácilmente:
- por su habilidad para putear de corrido,
- porque su cinismo campestre iba bien con la ironía ciudadana,
- porque jubilado como rentista se permitía períodos de prodigalidad con los vecinos,
- porque era un excelente jugador de truco,
- porque tenía primo bodeguero y te conseguía buen vino a buen precio y con aire de campo.
El Chino, como Zoilo, también los vio pasar a todos, por razones muy parecidas (cinco también, casi idénticas) pero con distintos aires.
0 comentarios:
Publicar un comentario