viernes, 12 de agosto de 2011

El presente de Emiliano

Emiliano lo conoció al menor de los Zavaleta por intermedio de Alfredo que era yerno de don Hermenegildo, que era amigo de don Nicanor, que era el novio de su madre.
Sin temor a exagerar, su nuevo jefe le cambió la vida.
El menor de los Zavaleta tenía dos preceptos (entre otros) que aplicó a rajatabla en esta ocasión:
-          El secreto del buen desempeño laboral radica en lograr el grado de autoconfianza justo.
-          Es más fácil ajustar ese grado para arriba que para abajo.
(Había leído la contratapa de un libro titulado El Maestro Ignorante).
Decía Emiliano, quien había habitado bien remuneradas buhardillas administrativas por años, que su aplicada carrera en administración de empresas finalmente sirvió para algo. Contrastaba su presente con un pasado perdido en una tropa que, decía él, se vestía a la moda con sus chiches tecnológicos y su sofisticado spanglish para ocultar mejor su esencia de empleada pública a lo Gasalla.

Con el Moncho pasó cosa parecida.

0 comentarios:

Publicar un comentario