Carlitos era tan “progresistamente” correcto que estaba a favor de la legalización de la marihuana pero en contra de la venta de analgésicos en kioscos, que gastaba ingentes sumas de dinero en vino para quedar bien con sus amigos sociólogos, psicólogos y comunicólogos pero recelaba políticamente del champagne.
Eso de "recelo político" me suena más a prejuicio que a otra cosa. Cómo cierra el mundo de la gente ese tipo de "correciones" y de "políticas".
ResponderEliminarY sí, quizá la pizza con champagne es tan rica como el cordero con Malbec o como el sushi con… ¿con qué se comía el sushi?
ResponderEliminarAclaración para nuestros lectores internacionales: últimamente los argentinos solemos identificar a los presidentes (y a sus círculos de amistad y poder) con preferencias gastronómicas específicas: Los Kirchner: cordero con Malbec, De la Rúa: sushi, Menem: pizza con champagne.