viernes, 8 de julio de 2011

Golpe de suerte

Nada más peligroso que un golpe de suerte, el ir por más, el exceso de confianza, el caer fuera de foco de los riesgos, el no hay dos sin tres, el aburrimiento de la deducción, el festejo por adelantado, el emborracharse (literal y metafóricamente) de gloria.
Le contestaron, con mirada cejijunta:
-Real embido.
Esta vez la mentira no funcionó. Tenía 23 para el embido y le redoblaban su apuesta inicial.
Nada más peligroso que el exceso de confianza. Respondió:
-¡Falta embido!
-Quiero: 33… y de mano… y –un desplegar en la mesa- de espadas.
Fin del juego.

Aprendió a jugar al truco a los once años de la mano de su abuelo. El viejo insistía en que ciertas primeras experiencias (sino todas) era mejor tenerlas en el juego.

Tomar esa preocupación por el "saber retirarse a tiempo" y aplicarla a esto de los blogs. Es que por ese imperativo de publicar periódicamente y de seguir publicando porque "me debo a mi público", los blogs pueden primero ceder a la irregularidad y luego agonizar tristemente. Entonces, arrancar con una bocha de posts ya escritos, incluyendo el último, y dejarlo con fecha programada.

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