miércoles, 27 de julio de 2011

La gringa

La conocí a la rubia haciendo trámites en el Banco Provincia.
Comprendí inmediatamente las razones del recelo subyacente en la comunidad femenina. Era pleno verano, llevaba una musculosa blanca (las tiritas negras asomándose por el costado), flaca, alta para ser mujer, de hombros redondos, el rostro armónico, los pechos pequeños, el pelo suelto, algo por debajo de los hombros, silenciosamente rebajado.
Imaginé que muchos de esos atributos lucían mejor con los años, que lo natural de esa belleza era un logro reciente.
Belleza sobria, de haber criado una hija sola, de ir todos los días a trabajar en scooter, de saber imponer una suave distancia con los hombres.
Comprendí inmediatamente porque decían que los sucesivos blends: Sol de Invierno, Ando Ganas (de encontrarte), Ojos Negros y La Gringa constituían un secreto homenaje (cada vez menos secreto).

2 comentarios:

  1. ¿La gringa tenía ojos negros? ¡Qué buen vino para regalar ese que se llama "Ando ganas" ¿A quién se le ocurrió semejante nombre genial para ocasiones especiales?

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  2. Es así, la gringa es rubia y de ojos negros. La leyenda cuenta que todos los nombres surgían de sesiones de brainstorming más memorables incluso que los nombres. Sin embargo, esta serie de nombres devela una autoría individual. ¿Quién? Lo sabremos en próximos capítulos. Gracias por comentar.

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