miércoles, 22 de junio de 2011

Laissez-faire

Emiliano Spasaldúa, hombre de clase alta (venida a menos), aferrado en sus costumbres a dicha clase (que lo había dejado ir), de rancia estirpe antiperonista, acaparaba en su hogar con exclusividad todas las funciones referentes al vino: su compra, su guarda, su ingesta.
De todos modos, tierno al fin, como inventaba excusas para colaborar en el mantenimiento del hogar (que una cierta obsesión por el orden, que una prueba de no sé qué producto para un amigo que trabajaba en una multinacional de limpieza, que el supuesto daltonismo de su esposa), también inventaba brindis para compartir con su mujer, la más liberal en cuanto a su estricta vocación de laissez-faire, laissez-passer.
Cabe mencionar que Emiliano cargaba con el karma, inconfesado, de no haber visto el gol de Maradona a los ingleses (justo hirvió la pava).

2 comentarios:

  1. O sea que además del vino, también se ocupaba del mate. ¿No?

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  2. Sí, claro, por supuesto, supo usted captar en muy pocas líneas la dinámica familiar. No me extraña. Afectuosos saludos.

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