miércoles, 15 de junio de 2011

Brevísima historia moral de don Nicanor

Don Nicanor, que como ya sabemos por otras historias gustaba diferenciarse sutilmente de la gente de su edad, solía conducir las conversaciones en colas de bancos y supermercados a su conveniencia para rematarlas con una de sus frases hoy más recordadas:
-Ya no hay moral... hay moralina.
Uno de sus recursos más fáciles en esa sigilosa conducción, aunque parezca extraño, era la sola mención del silencioso crecimiento en la industria vitivinícola de los corchos de plástico.

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